lunes, 23 de febrero de 2009

Fray Leopoldo de Alpandeire

En  Alpandeire (Málaga) nace un niño del  matrimonio formado por Diego Márquez y Jerónima Sanchez , el que luego, treinta y cinco años después, sería ya conocido para siempre como Fray Leopoldo de Alpandeire. A los cinco días es bautizado y se le impone el nombre de Francisco Tomás de San Juan Bautista, pues nació el día del santo precursor, el 24 de Junio. Corría el año de 1864.En 1891, el 11 de septiembre, es confirmado en la fe, le administra el sacramento el que era entonces Obispo de Málaga, luego Arzobispo de Sevilla, el conocido como obispo de los pobres, D. Marcelo Spínola y Maestre, beatificado por Juan Pablo II el 29 de marzo de 1987.Su figura se hizo popular en la ciudad de los cármenes, todos lo reconocían, las gentes y los chiquillos decían en la calle: "Mira, por allí viene Fray Nipordo", y corrían a su encuentro.Padeció algunas enfermedades y dolencias, que él se esforzaba en ocultar y disimular, especialmente una hernia que le causaba agudos dolores y muchas molestias en sus caminatas diarias de limosnero.Finalmente, la llama se extinguió. Con el encuentro de la hermana muerte, Fray Leopoldo, el humilde limosnero de las tres Ave Marías, se durmió en el Señor. Era el 9 dc febrero de 1956. Tenía 92 años.La noticia de su muerte corrió y conmovió a toda la ciudad de Granada. Un río humano acudió al convento de capuchinos, el pueblo y las autoridades, hasta los niños se acercaron a ver a su "Fray Nipordo", como ellos le llamaban, mientras se decían unos a otros: "Está muerto pero no da miedo". Su entierro fue multitudinario.La fama de santidad, de que había gozado en vida, creció después de su muerte.Fray Leopoldo de Alpandeire, muerto en el Señor, sigue siendo, después de más de cuenta años de su muerte, testigo del Dios con nosotros; ése es el servicio que nos brinda su vida: señalarnos al Servidor y Salvador de todos: Jesucristo, al que él dedicó toda su vida, por eso estuvo y está el Hermano Limosnero tan cercano a los demás.

ORACION:

Bendito Fray Leopoldo te pido de corazón que me concedas (decir la petición mentalmente) y por eso yo te rezo a tí y al sagrado corazón, a las ánimas del cielo, a la Virgen y a  Dios nuestro Señor me concedan (repetir) que mi vida no se apague sin que os lo pueda agradecer con promesas o rezos, con limosnas o buenas obras por la Gloria de Nuestro Señor y de ti Fary Leopoldo, abogado del consuelo de los que en verdad tienen fé, de los que sufren desgracia y de los que creen en Dios. Amén

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